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Esta épica y larga historia creada por Yoichi Takahashi, comenzaría en la ciudad de Shizuoka, capital de la prefectura que lleva el mismo nombre y que tiene fama en todo el país por ser una cuna de los mejores jugadores de fútbol y que ha llegado a ser conocida como el Brasil de Japón. En aquella cuidad, situada a unos 300 km de Tokyo, se acomodaría la familia de nuestro jovencísimo protagonista. Después de dar vueltas por todo el país, el pequeño Ozora Tsubasa encontraría en dicha población el lugar perfecto para edificar su futuro futbolístico, aunque eso se vería mucho más adelante.

 

 

 

Gran amante del deporte rey y de la pelota (su mejor amiga y su salvadora al evitar su muerte por atropellamiento), nuestro amigo comenzaría el curso de la escuela Nankatsu, sitio donde el equipo de fútbol no era precisamente bien visto debido a sus escasos logros. Pero eso no le importaría demasiado a la hora de escoger ese centro, ya que este genio del balón de tan sólo 12 años, comenzaría a dar muestras de su clase muy pronto. Antes, sin embargo, debería hacer algunos amigos y no le costaría mucho, encontrando en Ryo Ishizaki a un fiel compañero. Poco después conocería a su primer rival y posterior compañero, al mejor portero del país: el G.S.G.K. (Great super goalkeeper) Genzo Wakabayashi. Impresionado con él, ese muchacho decidiría retarle, haciéndolo de una forma bastante sorprendente, ya que recibiría el mensaje con un balón lanzado desde una lejana colina, el autor, nuestro Tsubasa claro está. Acompañado de su balon, hasta el momento,

 

 

 

único amigo, ese crack del balón retaría al guardameta de Shutetsu en el campo de fútbol que se encontraba al lado del río. Allí, sería el artífice de una hazaña al conseguir driblar a todo el equipo de Wakabayashi, pero por desgracia no lograría batirle hasta... la intervención de un desconocido que había estado siguiendo a Tsubasa desde la colina. Se trataba del excelente delantero centro de la selección brasileña, Roberto Hongo, el cual le daría a nuestro amigo un medido centro que acabaría acariciando la red ante la sorpresa de su rival, que se estrellaría aparatosamente contra el poste. Esta afrenta no quedaría saldada hasta que ambos equipos se enfrentaran en el torneo escolar de cada año.


Pero hasta entonces faltarían unos dias, que serían aprovechados por nuestro protagonista para entrenarse junto a Roberto (al que idolatra), que había aceptado la oferta del padre de Tsubasa para entrenarlo mientras buscaba en Japón la cura para su ojo herido y que había sido el causante de su prematura retirada. Con ese fenomenal preparador, los integrantes del Nankatsu se ejercitarían día y noche para poder formar un buen equipo, preparado y que pudiera dominar algo el esférico. Con ese objetivo más o menos conseguido llegaría la fecha indicada, el 10 de octubre, teniendo lugar ese partido. Con empate entre los dos centros, ese encuentro sería el que decidiera quién ganaba esa edición del torneo interescolar (cosa que hacía muchos años que no pasaba). Motivados por Genzo, los jugadores del Shutetsu -entre los que se encontraban Izawa, Taki, Kisugi o Tkasugi- se aplicarían a fondo para derrotar a sus rivales. Pero no contarían con la habilidad de nuestro amigo y el buen hacer de Roberto, que habia hecho de un equipo desahuciado un contrario a tener en cuenta.


Con gran igualdad, el equipo de Tsubasa lograría crear varias jugadas de peligro, siempre bien contestadas por las paradas del portero rival. Pero por desgracia el Shutetsu lograría el primer tanto, provocando la desazón entre nuestros amigos. El empate no tardaría en llegar y seguiría así hasta la prórroga. En ese tiempo añadido haría acto de aparición Taro Misaki, que habiendo llegado a la ciudad ese mismo día y buscando escuela para inscribirse, acabaría por elegir Nankatsu como centro educativo. Su cambio por un magullado Ishizaki, daría inicio a lo que más tarde sería conocido como la golden combi. Con esta nueva arma, el equipo de Hongo lograría el empate a dos gracias a las combinaciones entre esos dos muchachos. Al final, todos quedarían contentos y por fin los dos rivales sellarían la paz. Ahora, era la hora del campeonato juvenil nacional.


EL NACIMIENTO DE UN EQUIPO INVENCIBLE


Con la vista puesta en el torneo nacinal, la ciudad de Shizuoka debería elegir a su representante, con lo que uno de los equipos no podría participar en dicha competición. Con motivo de esa dura decisión, el comité de selección debería crear un único equipo que reuniría a los mejores jugadores de esos dos colegios. Por eso, tendría lugar una preselección de la que saldrían los integrantes del Nankatsu -nombre con el que se quedaría el equipo- y que tendría como máximos exponentes a los ya conocidos Wakabayashi, Izawa, Takasugi, Tsubasa, Misaki e incluso Ishizaki entre otros. 

Esta vez, Roberto no sería el entrenador y se dedicaría a vivir en casa de los Tsubasa, para seguir entrenando al retoño de la familia. Mientras, en otras partes del país, los próximos rivales de nuestro amigo se prepararían para ese acontecimiento anual. Durante esa fase de preparación tendría lugar el primer contacto entre Kojiro Hyuga y Genzo Wakabayashi. Atraído por la fama del segundo, Hyuga decidiría ver si era verdad por sí mismo, irrumpiendo en un entrenamiento del Nankatsu. Allí, acabaría por meter un gol al invencible Genzo, burlándose de él (no sabiendo nada de su lesión en la pierna). Esa humillación provocaría una determinación casi obsesiva de Wakabayashi por llegar a la final del torneo en condiciones. De mientras, tendría que confiar en Tsubasa y los demás para que hicieran posible la revancha. Pero primero habría que disputar la ronda previa y para eso los equipos, concentrados en un hotel de la capital, asistirían al sorteo previo. Allí se conocerían por primera vez el aguerrido Hyuga y Tsubasa, estando cerca de otros dos genios del balón: Misugi y Matsuyama. Una vez hechas las presentaciones, sería la hora de mostrar la candidatura al título, teniendo como primer plato el duelo estelar entre Nankatsu y el Meiwa, o lo que es lo mismo: Tsubasa vs Hyuga. 

Este partido sería el prólogo de lo que más tarde se convertiría en una dura rivalidad, pero al final estrecha admiración por ambas partes. Con dureza, pero eficacia, el gol y las filigranas de ese menudo artista del balón que es Tsubasa quedarían eclipsadas por el empuje de Hyuga, consciente de que si hacía un buen papel en la competición los ojeadores le podrían dar la llave para conseguir una beca en un colegio importate, aligerando la demora económica que arrastraba su familia desde la muerte de su padre. Por tanto, el primer round sería para el Meiwa, aunque eso sólo sería el principio.

 

Escocidos de la derrota, Tsubasa y los demás decidirían aplicarse más en los siguientes partidos, cosa hasrto difícil si se tiene en cuenta los rivales en contra. A continuación, deberían hacer frente al portero del Naniwa, la muralla humana conocida como Nakanishi. Para esta ocasión, la golden combi tendría que ingeniárselas para batir a dicho guardameta, encontrando la solución entre el hueco de las piernas. Con un rival menos, ahora le llegaría el turno a los hermanos Tachibana y sus jugadas sorprendentes. Cansados por el esfuerzo anterior, nuestrosamigos deberían forzar aún más la máquina para vencer a esa combinación de astucia y picardía, consiguiendo de nuevo una apurada y agónica victoria. Con esto, llegaría el turno de enfrentarse al famoso e idolatrado Jun Misugi del Musashi, llamado "Emperador del campo"por su elegancia y visión de juego. Pero, este duelo en la cumbre vendría precedido por un misterio acerca de la salud de la estrella del Musashi, cosa que descubriría Sanae (la jefa de los animadores del Nankatsu) y que más tarde sabria Tsubasa. Por esa causa, dicho encuentro resultaría más difícil,

 

llegando hasta tal punto el desazón de nuestro amigo que acabaría provocando el enfado de Wakabayashi y del propio afectado. A la lluvia y a lo difícil del estado del terreno de juego, se añadiría el ataque de corazón que aufriría el capitán del Musashi, y que haría que Tsubasa estuviera a punto de regalar el partido, traicionando al espíritu del fútbol, a sus amigos y rivales que tanto habían luchado hasta entonces. La reacción al pelotazo de Genzo y el discurso de Jun sería fulminante, viéndose entonces épica lucha entre dos fuera de serie. Al final, las ganas y la combinación con Misaki volverían a ser cruciales para el desenlace positivo del partido, pasando pues a la final.


 En ella esperaría el Meiwa, que tras pasar también por algunos apuros había logrado pasar a la final tras derrotar in extremis al Furano de Matsuyama. Ahora, con la incorporación de Wakashimazu y la aportación del joven Sawada, la cosa estaría más igualada de siempre. A pesar de eso, su capitán y principal baluarte tendría que superar una terrible fiebre. Pero ni eso sería obstáculo para perderse una revancha anunciada, Wakabayashi sería el portero titular del Nankatsu. 

Llegaría la hora del último partido y nadie querría perdérselo, ni siquiera un apesadumbrado Roberto. Su decisión de no llevarse a Tsubasa a Brasil, a pesar de habérselo prometido,




marcaría un partido en el que las estrellas brillarían más que nunca. Emoción, intriga, empates, paradas, grandes disparos, todo estaría incluido en el guión de un match que quedaría en el recuerdo por las lesiones de los tres pilares del Nankatsu: Tsubasa, Misaki y Wakabayashi. A pesar de eso, la teórica ventaja del Meiwa quedaría neutralizada por la técnica de esos tres ases del balón, que a pesar de sus limitaciones lograrían aguantar el tipo. El empate sería inevitable y se tendría que jugar una larga y agónica doble prórroga de 30 minutos para dilucidar el campeón. Al final, y tras mucho sufrimiento, el Nankatsu se coronaría vencedor de dicho torneo ante la desesperación de Hyuga y sus compañeros. Pero lo hecho quedaba ahí y ahora tocaba felicitar a los campeones y esperar mejor suerte al año siguiente, año en el que Hyuga jugaría en otro equipo, al ser elegido para la beca a pesar de haber perdido la final. Tsubasa, sin embargo rehusaría el ofrecimiento y decidiría seguir junto a sus amigos en su actual equipo.


Pero nada volvería a ser igual ya que, por diferentes motivos, dos de los mejores jugadores abandonarían la ciudad. Por un lado estaría el ambicioso Wakabayashi, que decidiría probar fortuna en Alemania, siendo acogido en las categorías inferiores del Hamburgo.



Mientras que por el otro estaría Misaki, que decidiría acompañar a su padre en su peregrinaje por Europa y rechazar la posibilidad de quedarse a vivir con su madre en la ciudad, una madre que los había abandonado debido a múltiples viajes de su ex-marido. Por tanto, nuestro amigo se quedaría solo y desamparado ya que as estas ausencias se sumaría el regreso a Brasil de Roberto tras finalizar la final, no dando lugar ni a una despedida. Aún así, Tsubasa lloraría a su adiós en el aeropuerto. Más tarde comprendería sus motivos y se trazaría la meta de ser el mejor en Japón y después ir a Brasil para ser entrenado por su mentor. Hasta entonces, el Nankatsu y sus amigos podrían contar con él.




EL NUEVO NANKATSU







Con esta nueva estapa emprendida por el capitán del equipo campeón, se podría obersvar como la merma de potencial no sería obstáculo para vencer repetidamente en los dos siguiente años las ediciones del torneo de institutos al competitivo Toho de Hyuga, Sawada y Wakashimazu. Por ese motivo y porque se trataba del último año en el instituo, el siguiente campeonato interescolar sería el de la revancha definitiva para Hyuga, que hasta el momento se había conformado con esta en segundo plano. Pero Tsubasa no querría pasar la oportunidad de volver a ganar el prestigioso trofeo y convertirse así en el gran estandarte del fútbol japonés, y de paso volar a Brasil para ser recibido por su gran mentor. Pero eso tendría que esperar todavía.




Dos años después de aquella primera victoria, la competencia también habría subido, contando además con la reaparición de Jun Misugi tras su intervención quirúrgica y posterior periodo de recuperación. Todos estos integrantes, junto a la aparición de nuevos valores como,




 

 

pondrán pues, el objetivo un tanto difícil. Pero no sería óbice para que nuestro amigo emprendiera con ilusión el camino del éxito, aunque para ello tuviera que sortear complicadas eliminatorias como la que le enfrentaría al equipo del Otomo, con Shun Nitta como estrella, en el partido que decidiría el representante de la prefectura de Shizuoka. Duro encuentro que se saldaría con victoria del Nankatsu, aunque nuestro protagonista saldría algo malparado a causa de la excesiva dureza empleada por Urabe, el capitán del equipo adversario. Con el Nankatsu clasificado, el interés se centraría en ver quién sería el representante de la prefectura de Tokyo: Toho o Musashi. Sin Misugi, ese equipo intentaría para al subcampeón de las anteriores ediciones,






aunque no podría encontrar el antódoto para parar al siempre arrogante Hyuga, encajando dos goles casi consecutivos. El panorama cambiaría radicalmente con la vuelta de Misugi e immediatamente se vería otro partido. A pesar de eso, sólo habría un gol de Misugi, que aún notaría el falto ritmo de competición, y su equipo quedaría eliminado. Pero ese no sería lo más destacable de ese enfrentamiento, sino que sobresaldría el bache en el que caería el capitán del Toho a causa de su presunta blandez en algunas partes del juego y que sería recalcada por su entrenador en el Meiwa. Con esas dudas sobre su eficacia, Hyuga abandonaría el equipo sin permiso y se dirigiría a ver a su antiguo míster, con el objetivo de recuperar la agresividad perdida.





Con estos antecedentes, comenzaría un torneo nacional de institutos en el que la inclusión de nuevos equipos junto a los tradicionales aspirantes convertiría esta edición en la más disputada de todas, siendo también una de las más espectaculares. El sorteo, caprichoso como siempre, emparejaría al vigente campeón con el Azuma un equipo semidesconocido que había dejado en la cuneta al Maniwa de Nakanishi como representante de osaka. El capitán de ese equipo sería el expeditivo y duro marcador Makoto Soda, el cual pondría las cosas realmente difíciles al Nankatsu y especialmente a Tsubasa, que fue víctima de sus entradas.





en la siguiente ronda, y casi sin respiro, se tendrían que enfrentar de nuevo al Hanwa de los hermanos Tachibana. Con nuevas y acrobáticas jugadas como el Skylab hurricane estos dos gemelos pondrían a prueba otra vez la capacidad de reacción del contrario y aunque jamás llegaron a estar podelante en el marcador, harían que nuestros amigos tuviesen que hacer horas extras para superar de nuevo la prueba. En cuartos de final, un desconocido del que saldrían dos jugadores, el enorme defensa Hiroshi Jito y el escurridizo delantero Mitsuru Sano. Dicho encuentro resultaría de nuevo altamente igualado, consiguiendo los novatos una buena renta, que sería rebajada a base de ganas y coraje por el Nankatsu. Al final, la lógica se haría realidad y pasaría a las semifinales este dream team, aunque Tsubasa volvería a ser objetivo de los defensas y se agravarían sus problemas físicos. Otro contratiempo superado, pero cada vez más Tsubasa estaría más y más castigado físicamente, cosa que pondría en duda su participación en las semifinales como así le cendría a decir el médico del torneo. 

Echando una mirada a los otros partidos, se podría ver como el Nankatsu no sería el único que lo pasaría mal ya que en los cuartos de final, el Furano de Matsuyama se enfrentaría a unos desconocidos Minami Uwa, en cuyas filas destacarían el técnico capitán Ishida y el potente delantero Takei. A pesar de eso, sus esfuerzos serían infructuosos y acabarían por caer ante el empuje de esos jugadores norteños empeñados en dedicar el campeonato a su entrenador. Con una semifinal servida, la otra la protagonizarían el Toho, de un reaparecido Hyuga, aunque su entrenador no lo dejara jugar debido a su indisciplina, y el Meiwa. El morbo de dicho partido estaría servido y a punto estaría de saltar la sorpresa ya que este se adelantaría en el marcador con un gol de todo el equipo, nunca mejor dicho. Ventaja que sería neutralizada por una buena reacción del conjunto capitaneado esta vez por Sawada y con Sorimachi haciendo las veces de Hyuga. Así las cosas, los compañeros de hyuga le brindarían la oportunidad de jugar una nueva final, siempre que el entrenador accediera a alinearle en dicho encuentro. Cosa que no estaba asegurada y que provocaría algún enfrentamiento entre jugadores y técnico.



 


 

 

Con uno en la final, el otro equipo saldría de la eliminatoria antre el Furano y el Nankatsu. Dos equipos de gran clase, cuyos capitanes se conocerían demasiado bien, y que no querrían por ningún motivo dejar escapar la posibilidad de jugarse el campeonato en el siguiente match. Motivados ambos, por diferentes circunstancias, dicho encuentro estaría dotado de la épica de las grandes ocasiones, con grandes disparos de Matsuyama que serían contestados con la clase de tsubasa. El resultado final sería incierto, pero como se presuponía, acabaría venviendo el más completo y fuerte mentalmente. El sueño se habia acabado para el Furano y su capitán, que vería además como su mejor amiga tendría que volar a los Estados Unidos. Tristeza empapada de esperanza por un futuro mejor, en el que esperaría conseguir la profesionalidad y ganar algo con la selección. Pero eso todavía estaría un poco lejos, puesto que el campeonato se dilucidaría entre los rivales de siempre: Toho vs. Nankatsu. 

Un nuevo duelo en la cumbre que vendría a ser el último en etapa escolar, ya que nuestro protagonista estaría decidido a viajar a Brasil. Por ese motivo, la emotividad y las ganas de despedirse con un nuevo campeonato chocarían frontalmente con los deseos de Hyuga (que por fin debutaría en el torneo) y compañía de conquistar por primera vez el asiado trofeo. Con garra y energía, dicho partido se encarrilaría por duros derroteros, añadiéndose a eso el pobre estado físico de Tsubasa.




 

 

Aún y así, el enfrentamiento resultaría del todo igualado,mostrando a todos los



espectadores jugadas y momentos de



gran tensión y emoción. Un parido inolvidable, que se alargaría un poco más tras finalizar el tiempo de juego bajo un empate, jugándose entonces la prórroga. El resultado, igualado a todas luces, seguiría inamovible hasta que el Toho se avanzara de nuevo. Entonces, y después de volver de la enfermería, nuestro protagonista tomaría la responsabilidad y utilizaría sus pocas fuerzas para transformar el tanto del empate, que resultaría definitivo. Por tanto, no habrá un solo campeón, sino que ambos equipos se proclamarían con el torneo, colmándose así los objetivos de todos los jugadores. Ahora, solo quedaba una cosa, afrontar el próximo campeonato del mundo juvenil.


A LA CONQUISTA DEL MUNDO

 

 
 
 
 
 
Sin apenas descanso para recuperar fuerzas, los convocados por el ojeador del equipo nacional, a excepción de nuestro protagonista, se dirigirían hacia Alemania, en donde realizarían un pequeño stage. Allí se encontrarían con Wakabayashi, seleccionado también, pero que en esta ocasión haría de contrario ya que estaría como portero del Hamburgo. Esa estancia en tierras germanas, que nos dejaría un duelo entre el Hamburgo de Schneider y Tsubasa, mostraría un cierto malestar entre el equipo (a cause de las críticas del mismo Genzo) y se empezarían a ver las primeras desavenencias entre el primer capitán escogido, Hyuga, y sus compañeros, debido sobre todo al retraso de Tsubasa en la incorporación al equipo y a su alineación inmediata en el once titular. 

Dicha tirantez se solucionará rápidamente y una vez calmados los ánimos, ese grupo se dirigiría hacia la capital francesa, en donde tendría lugar el susodicho campeonato intercontinental. Allí, y tras su llegada, nuestro amigo se reencontraría con su media naranja futbolística, Taro Misaki. Ahora, con el equipo completo, solo una duda se plantearía, teniendo en la portería al protagonista de dicha cuestión. Estas dudas se irían aclarando durante el torneo, que nos soprendería con nuevas caras como el francés Rui Napoleon, además de volver a ver a jugadores como El Cid Pierre o Karl Hein Scheineder, que antes ya se habian enfrentado a nuestros amigos con motivo de un campeonato mundial infantil. 

Con todos los invitados a punto y después de asistir a la ceremonia de sorteo y presentación, el Mundial se pondría a andar con un primer enfrentamiento entre Italia y Japón. Difícil papeleta que se tendría que arreglar con buenas dosis de paciencia y sufrimiento. Como suele pasar, el primer partido sería el más difícil y eso se notaría, ya que los nervios y la



presión jugarían un papel importante.A pesar de eso, los rocosos italianos y su excelente capitán, el portero Gino Fernandez, nada podrían hacer frente al buen hacer del combinado nipón. Esa victoria daría paso al segundo encuentro, teniendo como adversario principal al genial argentino Fan Díaz. Otro gran jugador que pondría en grandes apuros a nuestro amigo, y que a punto estaría de enviarles a casa antes de hora. Pero la determinación del equipo japonés sería determinante, convirtiendo la desventaja inicial en un tanteador más favorable gracoas a un soberano gol del capitán nipón. Esta victoria clasificaría al equipo japonés para las semifinales. El equipo de Japón repleto de estrellas como Tsubasa, Misaki, Hyuga, Wakabayashi, Wakashimazu o Matsuyama aspiraría a todo.



En semifinales, Japón se encontraría con el equipo anfitrión. Francia, conducida por un par de grandes futbolistas como Pierre o Napoleon (que era conocido de Misaki), ese gran equipo dirimiría con Japón un gran partido, dejándonos en la retina momentos de gran vistosidad y calidad. Los nervios y las ganas por contentar a la afición serían factores que influirían en los jugadores locales, que se emplearían a fondo para llevar a las vitrinas del combinado nacional la tan ambicionada copa. Por su parte, Japón llegaría a la prórroga con diez jugadores, debido a la expulsión de Soda. Pero para ;a desgracia de los franceses, y para la alegría de todos los aficionados nipones y de Roberto Hongo (que se encontraba en esa ciudad como entrenador del Sao Paulo juvenil), Tsubasa y sus compañeros volverían a dar la vuelta a la tortilla y alcanzar los penaltis, en los que Wakashimazu detendría el penalti decisivo al arrogante Napoleon y clasificaría a Japón para las semifinales. Por eso, la presencia en la final del combinado japonés se convertiría en la gran revelación del torneo, teniendo como rival a la todopoderosa Alemania de Schneider, que había masacrado en la otra semifinal a Uruguay. Todo un lujo para el amante del deporte rey. 

Todo preparado pues, para la gran revancha del mundial infantil, Tsubasa decidiría que esta oportunidad no podría pasar en vano y con todas sus fuerzas y con el refuerzo de Wakabayashi en la portería emprendería el camino para coronarse campeón del mundo. Ese sueño toparía, sin embargo, con las ganas de vencer que siempre caracterizaría al capitán germano, que también estaría apoyado por grandes compañeros como Müller (la muralla alemana). Con esta balanza nivelada, el match tendría una tónica de igualdad muy marcada, sucediéndose ocasiones de gol por ambos bandos, colocando a ambos porteros en situaciones de gran compromiso. Pero las adversidades aparecerían una detrás de otra, y para remontar el partido, el genio


del equipo japonés recurriría a los tiros rasos. Conseguido el primero, la gran leyenda de Müller se vendría abajo y la dinal parecería ganada. Nada más lejos de la realidad, viendo como Alemania volvería a igualar el encuentro. Al final, sólo habría un vencedor, merecido por otra parte, y ése volvería a ser el equipo japonés. Por fin, el sueño se había hecho realidad y ahora nuestro protagonista podría volver a ver a su gran mentor, que ahora sí, aceptaría llevarle a Brasil. Mientras, sus compañeros y rivales continuarían con su vida, estudiando o ingresando en categorías inferiores de equipos profesionales. El futuro y el balón (por supuesto), los volvería a juntar de nuevo... 

Antes de viajar hasta Brasil, Tsubasa pasaría unas semanas en Japón, donde tendría la oportunidad de enfrentarse a un muchacho llamado Kanda, que andaba molestando a Sanae, y demostrar de esta forma sus sentimientos hacia la muchacha. Asimismo también debutaría en la selección nacional japonesa (la de los mayores), al mismo tiempo que Wakabayashi hacía lo propio en el Hamburgo alemán. Finalmente Tsubasa viajaría a brasil, donde podría continuar llevando su sueño hacia delante.

 

   NUEVOS Y VIEJOS CONOCIDOS

 

 

 

Dos años después en Japón, los campeonatos nacionales de universidades continuaban dominados por Toho y Nankatsu, que contaba en sus filas con Misaki como sustituto de Tsubasa. A pesar de los esfuerzos del ex-equipo de Tsubasa en los campeonatos universitarios, sería el Toho de Hyuga el que saldría vencedor, coronándose reyes del país. Tsubasa, con su vida enfocada principalmente en los entrenamientos del Sao Paulo en el lejano Brasil tendría la oportunidad de ver a suscompañeros de nuevo con motivo de algún que otro partido entre fases de clasificación para el siguiente mundial. Uno de ellos sería el que le enfrentaría al espíritu del fútbol ofensivo (abanderado por Johan Cruyff) y que estaría encarnado en la selección holandesa. Con ganas de probar el potencial del vigente campeón del mundo juvenil, el equipo holandés vendría dispuesto a demostrar el porqué de su fama, asestando un duro golpe al combinado japonés, privado de sus mejores armas. Cosa que cambiaría con la aparición en un segundo partido de Tsubasa y Wakabayashi (este último dando consejos útiles a Wakashimazu), ya que el espíritu que ese muchacho imbuiría en los demás permitiría dar una soberana lección a sus contrincantes holandeses, entre los que destacaría su capitán Lensenbrink.


Después del partido entre Japón y Holanda la acción se trasladaría a tres años justos después de la final del mundial juvenil en París. El escenario serían tierras italianas, donde haría acto de aparición un joven valor japonés: Aoi Shingo. Este muchacho, que habría conocido a Tsubasa al enfrentarse a él en un partido del torneo interescolar nipón, se vería forzado a vivir en dicho país durante una temporada. Allí, intentaría seguir el ejemplo y el sueño de Tsubasa, probando el ingreso en varios clubs, hasta que su tenacidad le abriría un hueco en el Inter de Milán. En ese gran equipo, y después de superar el rechazo y la desconfianza inicial, acabaría por triunfar, ganándose el reconocimiento de compañeros y y rivalesCosa que pasaría de igualforma muy lejos de allí, siendo el

 

protagonista Tsubasa. Ahora, como el capitán del Sao Paulo, nuestro amigo habría plantarse en la final de copa brasileña, teniendo enfrente al Flamengo, capitaneado por el cyborg del fútbol: Carlos Santana. Ese duelo, que echaría chispas, se resolvería a favor del primero aunque lo pasaría realmente mal frente a ese gran jugador, que había sido entrenado desde pequeño para convertirse en el número uno. Para su desgracia, el 10 nipón también aspiraba a serlo y el brasileño tendría que rendirse al amor por el deporte rey que Tsubasa profesaba. Vistas así las cosas, poco podría temer nuestro protagonista en la cita que próximamente tendría que hacer frente la selección japonesa: la clasificación para el Mundial juvenil sub-20.



Un reto lleno de obstáculos, como podrían comprobar los preseleccionados puesto que a las primeras de cambio caerían de esa lista los dos porteros en teoría titulares. Cada uno de ellos tendría motivos diferentes, Wakashimazu por no poder gozar de la confianza del entrenador y desbancar del once inicial a Genzo y este último por estar lesionado en las manos a causa de sendos encontronazos con dos cañoneros como el nuevo capitán holandés Cruyfford y el sueco Koln Levin, renunciando de momento a representar a su país. A esto se le uniría la baja de Mikami (el seleccionador) a causa de una adección cardíaca, con lo que se le tendría que sustituir por uno de sus ayudantes, el señor Gamo. Este nuevo entrenador resultaría ser bastante duro y exigente, sometiendo a los jugadores a extenuantes entrenamientos, a la vez que daría una lista de bajas en la que estaban Misaki y Hyuga. Estas bajas, vendrían propiciadas debido al bajo rendimiento de algunos de sus jugadores en un partido de prueba contra un grupo de jugadores denominado Real Japan Seven, liderado por el delantero Ryoma Hino, y que en teoría deberian sustituírlos.

 

Con este panorama, nuestros amigos liderados por Tsubasa tendrían que presentarse en la primera fase de clasificación de la zona asiática para el Mundial, teniendo como rivales a China Taipei, Islas Guam y Tailandia. A pesar de ser superiores a sus contrarios, el equipo nipón pasaría por dificultades frente a sus oponentes, que serían más rocosos de los pensado, jugando también en su contra el castigo físico y las bajas que habían derivado de las decisiones del técnico. Acertada o no, esa planificación estaría a punto de arruinar el futuro de ese equipo o al menos eso parecía en un principio al enfrentarse al combinado tailandés. Sin embargo, la estrategia de Gamo y las nuevas incorporaciones de Shingo y Wakabayashi (parcialmente recuperando) daréa otro aire a ese equipo, que en el último partido de esa liguilla remontaría un resultado adverso de 1-4 contra la potente Tailandia. Ese éxito se vería reforzado al saberse las verdaderas intenciones del seleccionador, que no eran otras que motivar a aquellos jugadores excluídos para poder afrontar la segunda fase con totales garantías, ya que los integrantes del R.J.S. no podrían ser inscritos puesto que serían más mayores de lo permitido, excepto el uruguayo-japonés Ryoma Hino, que participaría en el mundial con Uruguay ya que así lo prefería.


Ahora ya con todos sus efectivos disponibles, Japón se prepararía para afrontar la segunda fase de clasificación asiática. El once tipo del combinado japonés sería el formado por: Wakabayashi; Soda, Jito, Misugi (recuperado definitivamente de sus dolencias cardíacas), Ishizaki; Matsuyama, Misaki, Tsubasa, Shingo; Hyuga y Nitta. Este equipo se pondría a trabajar enseguida para afrontar una segunda liguilla en la que estarían encuadrados en el grupo B junto a Emiratos Árabes, Uzbekistán, Arabia Saudí y China. Duros rivales que volverían a dejar difícil el pase a la ronda final, pero la voluntad, la habilidad y las nuevas armas conseguidas tras un gran entrenamiento, entre las que destaca el Raiju shoot de Hyuga, conseguirían el objetivo deseado, quedando primeros y consiguiendo la buscada plaza en la siguiente ronda, cosa que les colocaría a tan sólo dos partidos de llegar al mundial sub-20. Esto motivaría especialmente a Tsubasa y compañía, haciendo que uniesen aún más sus fuerzas en ese obejtivo común. Además, la vuelta de Wakashimazu, cubriendo la baja por lesión de Genzo (a causa de la dureza del partido contra China), aportaría seguridad añadida bajo los palos, con lo que su enfrentamiento al segundo clasificado del otro grupo, Irak, se vería con optimismo. Y así sería ya que finalmente jugarían la final del campeonato asiático contra Corea del Sur, en donde sus delanteros, Ih y Cha (que juegan en la liga alemana) serían sus principales armas a tener en cuenta. La suerte, antes tan esquiva, estaría de parte de Japón y a la baja de Cha por lesión se uniría un buen partido de nuestro protagonista, con lo que se coronarían campeones asiáticos y lograrían una plaza para el Mundial, que por otra parte se jugaría en Japón.


EL MUNDIAL DE LA CONSAGRACIÓN DEL SUEÑO

 

 
 
Múltiples figuras del balón formarían parte de este acontecimiento deportivo, que tendría como principal beneficiado al combinado de Arabia Saudí, clasificado gracias a la condición de anfitriona del equipo japonés, haciendo más apetitoso conseguir el trofeo que acredita al mejor equipo sub-20. Pero en los prolegómenos de dicha reunión, la noticia del atropellamiento de Misaki al intentar salva a su hermanastra, ensombrecería un tanto la convocatoria de Gamo, aunque serviría como motivación para querer brindar a su amigo lesionado la victoria final. 

Con estas tremendas ganas y después de pasar una concentración en el monte Fuji, en la que se presentaría al defensa Akai Tomeya, sustituto de Misaki y miembro del equipo juvenil de la Sampdoria, tendría lugar el comienzo del Mundial, con el sorteo como prólogo de la fiesta. Un sorteo en el que saltarían las primeras chispas entre Tsubasa y el portero mexicano Espadas. Esto solo sería el comienzo de una dura pugna entre esos dos grandes jugadores que tendría como colofón el match que les enfrentaría en esta primera ronda del torneo. Dicho encuentro vendría marcado por el roce anterior y esos protagonistas realizarían un formidable partido, puesto que al sorprendente gol del peculiar portero Espadas se le contestaría con uno de Shingo y otro de Hyuga. Tsubasa había tenido gran participación en ambas ocasiones, demostrando que el balón era un amigo y no se le tenía que despreciar por nada del mundo como hacía el guardameta mexicano. Aprendida la lección, ambos contendientes sellarían la paz. Ahora, le tocaría el turno a Uruguay, en el que Hino volvería a enfrentarse a sus "compatriotas" siendo ayudado esta vez por la otra gran estrella sudamericana: Ramón Victorino.



Con el precedente de la última victoria sobre la poderosa Italia deFernandez y Gentile, Uruguay querría demostrar a todos que su entrenador (japonés también) había hecho un buen trabajo y que estaban en condiciones de derrotar al equipo anfitrión. Pero su error sería grande y a pesar de contar con una ventaja de 4-5 en un momento de la segunda parte, acabarían por sucumbir bajo la fortaleza mental de Tsubasa y compañia, que lograrían neutralizar el poderoso ataque del Tornado shoot de Hino y colocarse de ese modo a tan sólo una victoria de la siguiente fase. Cosa que conseguirían al vencer a una selección azzurra algo mermada por las ausencias de sus dos estrellas, Gentile y Fernandez. Shingo se erigiría en la figura del partido, haciendo patente su motivación (del todo obvia) y demostrando a todo el mundo que era digno sustituto de Misaki. 

Con el equipo en cuartos, y de nuevo con Wakabayashi en forma, los emparejamientos serían decididos, tocándole al combinado nipón el terrible equipo sueco. Con Stephen Levin como figura principal, este gran equipo participaría en dicha competición para llegar al punto más alto, logrando con ello una promesa que su capitán había hecho a su moribunda novia, víctima de un accidente de tráfico. Pero una vez más, se interpondría el sueño de Tsubasa, y tendría lugar un choque de Titanes, en el que faltaría Matsuyama puesto que preferiría estar al lado de su novia en el hospital. Así, el encuentro de cuartos se convertiría en una lucha sin cuartel enfrentando dos estilos de fútbol diferentes, pero con un denominador común, el desgaste físico. La lucha de ambos bandos daría al final un resultado de empate a cero, con lo que se haría necesario una prórroga a muerte súbita, en la que un reaparecido Matsuyama daría con su intervención la oportunidad a Tsubasa de realizar un nuevo disparo, el Skywing shoot y conseguir el tan codiciado tanto. Con elo, Levin no podría cumplir su promesa, pero habría hecho todo lo posible para conseuirlo y eso le satisfaría. Esta trabajada victoria daría paso a otro complicado enfrentamiento, esta vez con los holandeses (que habrían dado cuenta de Francia). La naranja mecánica de Cruyfford se toparía de nuevo en el campo con Tsubasa, estando esta vez el capitán tulipán en el terreno de juego, con lo qye un nuevo duelo de asses tendría lugar. Pero de nuevo, y queriendo marcar una pauta, el encuentro se decidiría por 1-0 con gol del número 10 japonés, que utilizaría al igual que contra México un nuevo chute, el Skydive shoot. 

La sorpresa habría saltado al final y como quien no quiere la cosa, el combinado nipón se habría clasificado para la final del mundial sub-20. Tdo un acontecimiento nacional que se vería encumbrado por la presencia del equipo tetracampeón del mundo, el Brasil de Roberto Hongo que con una "manita"(5-0) se habría deshecho de Alemania en la otra semifinal. El choque entre maestro y discípulo se haría por fin realidad, contando combinado sudamericano 
con las 


ganas de ganar debido al gran número de estrellas que integraban dicha selección y cuyos mejores exponentes eran Santana, el defensa capitán Alberto y el inexpugnable portero Salinas. Esta presumible superioridad canarinha se vería plasmada con un tanto de Santana durante la primera parte del partido, haciendo desaparecer el potencial ofensivo japonés y poniendo a prueba la capacidada de Wakabayashi, que con ayuda de sus defensas podría evitar cualquier gol. La fe en la victoria parecía desaparecer, pero los ánimos de Sanae, que contagian al público, devolverían el espíritu de lucha a los japoneses. Para sorpresa de sus compañeros, bastante castigados físicamente, a reaparición de Misaki supondría una inyección de moral y gracias a sus combinaciones con Tsubasa y al esfuerzo colectivo darían la vuelta al partido poniendo por delante a Japón. Con ventaja en el marcador, el final se acercaría y nada parecía presagiar que a Japón podría escapársele la victoria. Aún así, las sorpresas no terminarían, haciendo acto de aparición Natureza. Ese brasileño desconocido para muchos sería el as en la manga de Roberto. Con el título de mejor jugadore del mundo en juego, ese muchacho parecería ser el mejor colocado, demostrando en tan sólo un minuto de lo que es capaz al poner el empate de nuevo en el marcador. La prórroga a muerte súbita sería inevitable, siendo sustituídos Ishizaki y Wakabayashi a causa de sus heridas en un último esfuerzo por evitar que Natureza hiciera un segundo gol. En ese tiempo añadido, la garra y las ganas por superar a su rival centrarían el duelo entre los dos ases del balón, que con ayuda de sus compañeros desplegarían un juego soberbio. Al final, sólo podría haber un vencedor, y esto se acabaría por decidir tras un duelo aéreo en el que la pelota se colaría en la red brasileña al ser impulsada se forma sorprendente por el pie del niño prodigio japonés. El sueño se habría hecho realidad y Japón se convertiría en la nueva reina de la categoría, encumbrando al gran capitán y a todos sus compañeros en sy país de origen. Pero la felicidad también llegaría a los vencidos, al ver Santana la vuelta de su desaparecida madre o la decisión de Natureza de convertirse en profesional para volver a jugar de nuevo contra Tsubasa.


Con todos los objetivos cumplidos (bueno, faltarían las Olimpiadas y el Mundial senior), nada más podría hacer feliz a Tsubasa, o eso parecía. Pero las sorpresas no parecen acabarse nunca y Sanae sería la primera sorprendida al ver la propuesta de matrimonio por parte de su querido amigo. Esta vez, la pelota no se convertiría en su rival, si no en su amiga al descubrir tra de ella el anillo de compromiso. Basta decir que a la boda asistirían todos sus amigos (menos la pelota, que estaría como adorno del pastel), resultando ser una ceremonia preciosa. Y para culminar, el súmum vendría poco después tras el fichaje del as japonés por el F.C. Barcelona, el mejor equipo del mundo. 

Coincidiendo con él en la liga española estaría Natureza, que habría fichado -cómo no- por el Real Madrid (el mejor equipo del siglo), además de estar también el sueco Larsson y las estrellas tailandesas. Además de ellos, otros como Wakabayashi (Hamburgo), Shingo (Inter), Hyuga (Juventus), Tomeya (Sampdoria) o Misaki en la liga francesa tendrían la oportunidad de mostrar su arte en Europa. Por otra parte, los demás integrantes del combinado nacional se dispersarían por la J League recalando en clubs como el Yokohama Flugles (ahora desaparecido tras su fusión con el Marinos), Bellmare, Jubilo Iwata, el Consadole Sapporo o el Jef United entre otros. Para ellos, la pelota seguirá rodando y el futuro permanecerá abierto para próximos éxitos, ¿El Mundial tal vez? Lo único seguro es que continuarán disfrutando con ese bello deporte que es el fútbol.


Curiosidad 

Como punto de curiosidad, al final de la serie se estuvo corriendo el rumor de que todo lo que vivió Oliver Atom, sus logros, sus técnicas, sus amigos, FUE UN SUEÑO, y esto ocurría desde el primer episodio al momento de que el camión en realidad atropeyó a Oliver dando como resultado que le amputaran las piernas. Obviamente, ésto no fue transmitido en Latinoamérica porque la escena en Japón provocó suicidios. 



 
 
 



GRACIAS ESPERO COMENTEN seguire editando mas atte. Victor Valarezo
 
 
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